domingo, 22 de abril de 2007

No para de llover



Originally uploaded by Zanco Panco.
desde hace tres días no sale el sol. Una foto del cañón que se forma entre el cerro de Monserrate y cerro de Guadalupe de una tarde de sábado gris.

2 comentarios:

Mariem dijo...

La lluvia
Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto

patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.
(Jorge Luis Borges)

Mariem dijo...

Esa lluvia pertinaz, constante, gris que, vista a través de los cristales, se convierte en húmeda fuente de melancólica inspiración...

Balada de otoño (J.M.Serrat)
Llueve.
Detrás de los cristales llueve y llueve.
Sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo,
y el suelo se fue abrigando con hojas.
Se fue vistiendo de otoño.

La tarde que se adormece,
parece
un niño que el viento mece
con su balada de otoño...

Una balada de otoño.
Un canto triste de melancolía
que nace al morir el día.
Una balada de otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento,
y a veces viento.

Te podría contar
que está quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa, doy
todo lo que soy,
porque estoy solo y tengo miedo...

Si tú fueses capaz
de ver los ojos tristes de un lámpara y hablar
con esa porcelana
que descubrí ayer,
y, que por un momento,
se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado,
volverás a mi lado.

Se va la tarde, y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada de otoño...

Aunque en Bogotá no hay estaciones, podemos transportarnos a este otoño permanente, que nos hiela los huesos, nos encoge el alma y nos rodea de una tristeza decadente.